En Punta Cana encontramos uno de los mayores tesoros del Caribe el verdadero paraíso terrenal, el edén en el que descansar y relajarse, ese rincón especial de playas brillantes, mares turquesa, hamacas y cocoteros con el que siempre hemos soñado y al que queremos volver, una y otra vez.
Samaná, la joya virgen del Atlántico dominicano, una península en la que nos llevaremos en las pupilas el intenso azul de sus aguas, y la belleza intacta de sus espléndidos bosques manglares. Tierra fértil y profundamente hospitalaria, en uno de los destinos más acogedores de República Dominicana. Nombres de los que enamorarse siempre: Playa Bonita, Las Terrenas, El Portillo, Morón, Playa las Ballenas y el Valle.
La Romana, la tierra más dulce de la República Dominicana, pues de su puerto era dónde salía el azúcar de caña, producto natural que ha dado la vuelta al Mundo. Ahora, se ha reconvertido en destino turístico de primer orden en el que vivir el auténtico Caribe con experiencias y planes totalmente personalizados, paseamos por sus playas de arenas suaves, su mares de coral, sus Altos de Chavón.
Riviera Maya, pasión por lo auténtico. Llamar a México el país de las mil maravillas supone,sin exagerar, quedarse cortos: esta tierra de raíces mayas, aztecas e incas se extiende ante nosotros como un mapa multicolor bañado por el mar Caribe, y en el que cada rincón es una visita imprescindible, una experiencia por vivir, un momento inolvidable para llenar nuestra maleta con los mejores recuerdos
Jamaica, un destino para bailar. Aquí nació Bob Marley y no fue por casualidad. Es un lugar al que ir para disfrutar de la música, los bailes más electrizantes, la fiesta sin límites. Una Isla para perderse en los ritmos más vibrantes. Todas las culturas y civilizaciones parece confluir con una mezcla universal que configura su población diversa y acogedora.
Cuba, pura emoción. Alma colonial, llena de color de música, sabor y colores. Cuba eterna, la isla que enamoró a Hemingway y que año tras años conquista a miles de viajeros de todo el mundo que llegan. Ella, sólo ella, acariciada por las espectaculares aguas turquesas del Caribe, diseñada sobre malecones desde los que despedir el sol con la pasión del fuego y al ritmo de sus timbales. Un lugar para dejarse llevar, sin límites.
Tenerife, la reina de Canarias. Un planeta entero de diversión, en el que se puede encontrar absolutamente todo lo que se pueda desear para unas vacaciones llenas de propuestas y planes a medida. Es la más extensa de todas las islas y sus paisajes montañosos brillan con luz propia, dándole carácter, autoridad y una personalidad que la convierten en un plató de cine con el Teide de fondo.
Gran Canaria una Isla para sorprenderte. Un mundo a pequeña escala en el que encontrar todo lo que puedas imaginar. Conocida, de hecho, como el continente en miniatura con sus 236 kilómetros de costa, de los cuales 60 ofrecen increíbles playas de paisajes imposibles en las que zambullirse y disfrutar de las mejores zonas de playa de todo el Atlántico.
Fuerteventura surcar las olas del Atlántico. Coge tu maleta porque si el Eden existe, lo encontrarás seguro en esta isla privilegiada. Es una isla dónde podrás surcar las olas del Atlántico, y cruza después a la Isla de Lobos para regalarte un poco de paz en sus playas vírgenes. Es una Isla llena de contrastes que te enamorará.
Lanzarote es la Luna en la Tierra. La Isla más volcánica de todas las Islas Canarias ofrece un espectáculo de formas impresionantes con cráteres, barrancos, cuevas, tubos y valles de la lava solidificada. Reserva de la Biosfera por la UNESCO. La simbiosis entre la obra del hombre (César Manrique) y la naturaleza constituye la razón de este prestigioso reconocimiento.
La Palma, conocida como la Isla Bonita. Una reserva de la Biosfera llena de autenticidad e historia cuyos senderos infinitos (posee una red de más de 1.000 kms) nos llevan de la mano hacia parajes que parecen sacados de un cuento de niños, pura magia para los sentidos, puro placer para el cuerpo y la mente. Ideal para desconectar del mundo.
Bienvenido al punto de partida de un viaje inolvidable. El kilómetro cero desde el que empezaremos a recorrer los 4.992 kms del territorio más espectacular del Mediterráneo. Coge tu maleta y deja volar tu imaginación.
Menorca sabe a... queso, mahonesa, caldereta de langosta y gin xoriguer. Todo ello con un ligero toque a mar que le da esa singularidad que ha llevado a sus productos más preciados a mesas de todo el mundo, su cocina es tradición. Sus calas tienen una belleza y una tranquilidad que generan una atracción irresistible.
Ibiza, la belleza y la diversión. Las costas de las Pitiusas, la niña bonita de las Baleares, un destino en el que liberar el espíritu, dejar volar la imaginación, y llenarse de luz y alegría positiva. La noche se mezcla con el día y el mar te besa cada mañana con la promesa de la felicidad en los labios.
Croacia, es el destino de moda. Sus islas salpicadas de pequeñas playas bañadas por las aguas cristalinas del Adriático y sus pequeños pueblos pesqueros rodeados de bosques de pino tienen una belleza atemporal. Si viajas a este país no te puedes perder visitar sobre todo esa joya medieval llamada Dubrovnik: ¡un imprescindible de Croacia! Y su capital, Zagreb, que nos recuerda las grandezas de su pasado austro-húngaro.
Montenegro, un país por descubrir. Uno de los países más pequeños de Europa, lo que lo convierte en un destino ideal para sumergirse en pleno contacto con la cultura local y con sus residentes. A pesar de su tamaño, Montenegro ofrece una variedad escénica impresionante que le convierte no solamente en un destino interesante para los amantes de las playas, sino que también para los viajeros que buscan realizar actividades, explorar y conocer la cultura.
La agreste naturaleza volcánica de Cabo Verde se manifiesta de forma más amable en la isla de Sal, un verdadero paraíso para los amantes de los deportes acuáticos por sus condiciones excelentes para la práctica de todos ellos y una climatología benigna que casi se puede vivir los 365 días del año.
Boa Vista es una isla extraordinaria por sus afamadas playas con dunas a un lado y aguas cristalinas en el otro, por la extravagante mezcla de naturaleza volcánica y desiertos que la ocupan y por unos paisajes de ensueño en los que puedes abandonar las preocupaciones mientras paseas con la mirada instalada en el Atlántico.